Hoy están allí, en los campos de batalla, y sus madres, hermanas (y profesores) se asoman a las altas almenas por ver si combaten en terrenos propicios, si los nervios no los atenazan, y si sus enemigos luchan con lealtad. Sabemos que tienen talento y capacidad, solo resta ver cuánto de ellos son capaces de poner al servicio de su victoria.
Para mañana sólo una petición: en caso de agobio imaginadme a vuestro lado, es mejor no estar solo junto a las murallas de Troya. Pensad que estaré esperando detrás del cabrahigo, vigilando en lo alto de la torre o armada y esperándoos junto a las puertas Esceas.Ya sabéis, como Héctor ante Aquiles (pero con mejor suerte, espero):
" ἑστήκει ἄμοτον μεμαὼς Ἀχιλῆϊ μάχεσθαι"

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