La muy veterana (y algo púnica, ¡qué le vamos a hacer!) ciudad de Carthago Nova vuelve a acoger a estos jóvenes ciudadanos del imperio romano y es ese contraste entre lo joven y lo viejo, el siglo nosecuántos y el veintiuno, la antigüedad más clásica y la generación digital paseando por las mismas calles, riendo de los mismos chistes y sobrecogidos por los mismos espantos, es ese contraste, insisto, el mejor aliciente de este festival.
Este año echaremos de menos, ya lo echamos, a nuestro "magister" Ricardo. Mis alumnos ya preguntan cómo se va hacer el festival sin él. A mí sólo se me ocurre que no será sin él, que de alguna manera se las "apañará" para enredarse por aquí y por allá y oficiar una vez más de alegre pregonero que nos dé la bienvenida y nos haga gritar como energúmenos al oír el nombre del instituto.
Estamos listos, se anuncia tiempo favorable, Eurípides y Plauto nos esperan, nos vemos el lunes.
Nota: Ya sé que lo esperabais pero he decidido dejarlo para el final: NO OLVIDEÍS LAS GORRAS, LAS GAFAS DE SOL Y LA PROTECCIÓN SOLAR. Mamá Glaukopis