sábado, 28 de abril de 2012

Reencuentro

He estado ordenando y revisando cosas por mi casa y he encontrado unas fotos hechas hace ya nosecuántos años. Eran los tiempos en que nuestro centro tenía aulas temáticas y nuestro Departamento fue pionero (y no es falta de modestia) en la personalización de los espacios. Era la nuestra un aula modélica en compromiso de alumnos y profesores en cuanto a orden, limpieza, decoración... y armonía. Y para muestra este viejo botón: bajo las sabias máximas de Apolo que nos guiaban en el aprendizaje decidimos reproducir la Victoria de Samotracia, "sin cabeza pero con alas". Estaba pintada en la pared por nuestras propias manos y con nuestras limitadas habilidades y nos inspiraba para emprender cada vuelo, cada curso, cada empresa, confiando en alcanzarla.
La llevamos a cabo durante un viaje de estudios; mientras unos disfrutaban por el mundo, los sufridos que se habían quedado en tierra emprendimos el mural como escapatoria. Nos lo pasamos tan bien (ninguno sabía muy bien lo que hacía y si el resultado sería "visible") que compensó no haber viajado y quedó mejor de lo que cualquier augurio hubiera profetizado.
Unos años más tarde, tras un combate dialéctico de dimensiones homéricas, perdimos la votación y las aulas temáticas fueron desmanteladas. La Victoria se quedó sola en su pared y nos llamaba tristemente cuando nos veía pasar por el pasillo. Reconozco que se me saltaron las lágrimas el día que descolgué los sabios consejos del dios y cerré la puerta dejándola allí. Un curso o dos más tarde fue borrada por los  pintores y desapareció definitivamente bajo una insulsa capa de pintura blanca.
Pero la conservamos en la memoria y en el espíritu y, al encontrar las fotografías, he decidido, por unanimidad (como se hace todo en nuestro Departamento) que seguirá presidiendo nuestros espacios, físicos y espirituales. Desde hoy la veréis en lugar destacado de esta Stoa.
Nota: Los hados han querido graciosamente que este curso hayamos vuelto al aula de marras, seguro que la Victoria, bajo su manto blanco, se regocija al volver a oír el griego.

martes, 24 de abril de 2012

Al volver comentamos

Cada año al volver del Festival ponemos en común nuestras impresiones. Suele suceder cuando llegamos a la estación del tren de cercanías que nos devuelve a casa, tras la habitual marcha a paso ligero por el campus universitario para acortar camino, colorados como cerezas por el sol generosamente recibido y felices tras un día que suele resultar estimulante. Luego, en clase, al día siguiente, ponemos algo de razonamiento a las primeras impresiones y hacemos crítica, siempre constructiva, por supuesto.
Este año hemos cumplido rigurosamente la tradición e informamos del resultado.
1. Tiempo meteorológico: Bueno y soleado, con moderación gracias a algo más que brisa sin llegar a ventolera y nubes pomposas, de panzas agrisadas pero sin mayores consecuencias que aliviarnos el sol.
2. Organización: Adecuada y ordenada, echamos de menos a quien todos sabéis pero más por cuestiones sentimentales (y de chispa, por decirlo de alguna manera) que por carencias reales. Faltaron los letreros en los sectores pero ganamos el pequeño puesto de distribución de bebidas y gorras.
3. Entorno. Hubo que vérselas con dos o tres millones de turistas del macro-crucero que estaba amarrado en el puerto, pero la competencia fue leal y nos repartimos los espacios como buenos huéspedes. A faltar algún tipo de dispositivo de seguridad en las inmediaciones del auditorio. Porque nos protegen los dioses que si nos pasara algo ¡a ver cómo bajamos a los heridos por la dichosa cuesta...!
4. Las representaciones: Aquí es donde más opiniones hay. En general fueron correctas, no tenemos nada grave que objetar, quizá lo que les faltó fue ritmo, viveza, a ambas.
En la tragedia el coro era bastante estático (salvo momentos muy puntuales) y los personajes más todavía: Tiresias llegó, se paró y no movió los pies hasta que se retiró, que más que ciego parecía paralítico. Las interpretaciones tampoco reflejaban demasiada evolución en el personaje: Edipo parecía enfadado desde el primer momento y, claro, apenas se notaba cuando se "cabreaba de veras". Además el coro se afincó en el típico "sonsonete" que hacía prácticamente idénticos unos momentos de otros, sin valorar cuándo el coro suplica, cuándo se asombra, cuándo se lamenta... Por cierto, el coro ese que gritaba "Τύραννος, τύραννος"  (que, entiendo yo, debería ser τύραννε) ¿de dónde había salido que en mi texto de Sófocles no lo encuentro? En el mío el coro suele estar del lado de Edipo hasta para compadecerlo en su desgracia final, algo habrá hecho bien este pobre para que el pueblo de Tebas no lo linche allí mismo al saber lo sucedido...
En la comedia, algo parecido, la habitual "grasia" gaditana no llegó a despegar. Yo, personalmente, estoy algo aburrida ya de los personajes "amanerados" y de las voces chillonas porque sí. Faltaba agilidad en las transiciones, algo de música, diversión, en general.
Sea como fuere el balance, aunque no lo parezca, fue bueno y estamos dispuestos ya a volver el año que viene y criticar sin lástima. Catarsis al fin y al cabo.

miércoles, 18 de abril de 2012

Un año más... ¡y van quince!

Mañana, un año más, nos vamos de teatro. Y para nosotros es el decimoquinto consecutivo de asistencia al Festival Juvenil de teatro Grecolatino en Cartagena. Veteranos entre veteranos y fieles entre los fieles, nos proponemos pasar un buen día, disfrutar de las representaciones y hacer, claro está, un poco de tarea catártica, tan necesaria en estos tiempos que corren.
El tiempo hoy está luminoso y despejado, ¿nos darán los hados otro semejante mañana? Por si acaso, jóvenes y tiernos alumnos, echad a la mochila gorras y protector solar que el astro rey, cuando quiere, castiga la ingenuidad y falta de previsión de los hombres. Echad también el buen humor, un par de sacos de cordialidad y tolerancia, un bote grande de sensatez y sentido cívico y... algo de comer, que nunca viene mal. La ciudad de Cartagena pondrá lo demás (en eso confiamos), la organización del Festival hará los milagros habituales y todo saldrá bien porque todos colaboraremos para que así sea.
Para acabar una sugerencia para los siglos venideros: ¿cuál de los dos teatros romanos es mejor teatro?
Para mí no caben dudas, el que está lleno de jóvenes actores y espectadores. Quizá algún día el nuestro también podría... En fin, soñar es gratis. 
Nos vemos mañana, sed puntuales.